LA CARRERA AL ÉXITO
- lfmenesesa
- 26 jul 2017
- 2 Min. de lectura
Por estos días escuche a un par de mujeres de unos 30 años de edad, hablando acerca de sus vidas, lo cual es normal, pero lo que me llamó la atención fue el punto al que ambas llegaron que era que estaban cansadas, cansadas de sus trabajos, de sus matrimonios, de sus familias, de sus deudas, hasta de sus hobbies, porque según ellas todo se basa en el dinero y en el poder, y estaban cansadas porque nunca iban a tener el dinero y el poder suficiente, ya que siempre tocaba ir por más. Y mientras las escuchaba, yo pensaba que seguramente no son las únicas mujeres de 30 años que están cansadas, debe haber más mujeres y hombres a nuestro alrededor cansados de la vida y llegando a las mismas conclusiones. Así que me pregunté por qué los jóvenes estamos cansados y estuve de acuerdo con ellas, estamos viviendo una vida basada en el dinero y el poder, sin embargo, estoy segura que de eso no se trata la vida y que eso no es lo vinimos a hacer al mundo.

Pero para cambiar la idea de lo que se trata la vida, el punto central es darnos cuenta que estamos viviendo una vida que no es la nuestra; estamos viviendo la vida que nuestros padres nos enseñaron a vivir y no los estoy culpando a ellos, porque la verdad es que a ellos les enseñaron sus padres y así sucesivamente. Entonces, no hay culpables, pero si hay solución, que es darnos cuenta que no es nuestra vida la que nos cansa; lo que nos cansa, es que el mundo y la sociedad ha cambiado, pero nosotros seguimos viviendo la vida de las conquistas de tierras alrededor del mundo, donde lo que valía era el dinero y el poder que se tenía, que además de tenerlo tocaba demostrarlo y muchas veces hasta abusar de eso. Y hoy, aunque no haya conquistas, la vida se ha convertido en lo que yo llamo una “carrera al éxito”, cuya meta es tener dinero y poder, que es lo que actualmente se ve como “éxito”, y está, además, es una carrera como esas de maratón, donde nos estamos midiendo con los demás competidores, a ver quién llega primero al poder y al dinero, y no solo llega primero, sino quien llega con más. Y como en todas las maratones, esa urgencia es desgastante, por eso vivimos cansados de todo.
Por lo tanto, mi invitación hoy es a que abandonemos la “carrera al éxito” y empecemos a subir por la “escalera de la vida”, siendo nosotros quienes decidimos cuantos escalones queremos subir y también a qué ritmo, sin compararnos con el vecino, sino tomando el ejemplo de aquellos que ya han subido, y si queremos, llevando a nuestro recorrido lo que a ellos les funcionó, o simplemente, inventando nuestra propia manera de subir, pero siempre a nuestro ritmo.
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